miércoles, 7 de julio de 2010

Cómo evitar y controlar la presión alta


La hipertensión arterial, o simplemente la presión alta, es el gatillo para una serie de males, y no solo aquellos que afectan al sistema circulatorio.

"Normalmente, un paciente con presión igual o superior a 140/90 mmHg es diagnosticado como hipertenso. Son personas mas propensas a sufrir con fallas en el corazón, los riñones y hasta en el cerebro", explica el cardiólogo Enéas Rocco.

La enfermedad es crónica (no tiene cura, pero puede ser controlada) y, por eso, es importante hacerse exámenes regulares para detectar como andan sus latidos cardíacos. Pero atención: tener presión alta no es sinónimo de ser hipertenso."Para ser considerado hipertenso, el paciente tiene que permanecer con la presión más alta de lo normal", dice el doctor. Eso es porque, en pocas palabras, cualquier persona está sujeta a una variación de la frecuencia cardíaca. Un esfuerzo físico más intenso o momentos de estrés, por ejemplo, alteran esos números.

Algunas acciones, sin embargo, no sólo ayudan a prevenir el problema sino, también, a controlar niveles ya elevados de presión. A continuación, una lista de ellas:

1.Mantenimiento del peso ideal:
el exceso de peso aumenta el esfuerzo del corazón para conseguir bombear sangre. En la práctica, el músculo está sobrecargado. "Como el bíceps de quien levanta peso, el corazón de una persona obesa esta hipertrofiado", explica el cardiólogo. Con un riesgo: los daños causados por el exceso de estrés pueden llegar a ser irrecuperables.

2.Práctica de actividad física:
actividades físicas regulares, principalmente las aeróbicas, contribuyen para la mejora de todo el sistema circulatorio y pulmonar. Sólo toma cuidado con las exageraciones: antes de comenzar cualquier entrenamiento, busca un especialista y haga una evaluación integral.

3.Reducción de la sal:
el exceso de sal en la dieta conduce a la retención de líquidos, lo que lleva a la hipertensión.Entonces, es hora de disminuir su cantidad en los alimentos y bajar el consumo de enlatados y conservas.

4.Evite el alcohol: bebidas alcohólicas en grandes cantidades son feroces enemigas de la presión bajo control. Cortar las bebidas alcohólicas de la dieta o consumirlas con mucha moderación.

5.Una dieta saludable:
grasas saludables y poca sal son medidas indispensables para aquellos que quieren mantener el corazón sano. Incluya muchas frutas, legumbres y verduras. No es necesario cortar la carne, pero de preferencia a los cortes magros como el lomo.

6.No deje de tomar los medicamentos que el médico recomendó.
Pero nada de salir por ahí imitando la receta ajena. Recuerda que algunos medicamentos pueden aumentar la presión arterial, como los anti inflamatorios y los anticonceptivos, dice el cardiólogo.

7.El tabaco del cigarrillo
, junto con otras sustancias tóxicas de los cigarrillos, aumenta la presión de inmediato. Dejar de fumar de inmediato es crucial, advierte el profesor de Cardiología de la Santa Casa de São Paulo, Ronaldo Rosa.

8.El estrés:
es la respuesta del cuerpo a la sobrecarga física y emocional, lo que lleva a la hipertensión y enfermedades cardíacas. Controla tus emociones y trata de incluir actividades de relax en tu rutina.

9.Exámenes médicos: evaluaciones periódicas no sólo ayudan a identificar el problema a tiempo, también facilitan el tratamiento, y sirven para adaptar el uso de las drogas con mayor eficacia.

10.Medir la presión al menos una vez al año: todo el mundo debería hacerlo. La recomendación es de la Sociedad Brasileña de Hipertensión, que advierte de esta prueba simple como una manera de prevenir problemas más serios.

La miel como antibiótico

http://www.neomundo.com.ar/) Además de ofrecer un alimento dulce y nutritivo, la miel quizás constituya un efectivo antibiótico. Las abejas producen e introducen en la miel una proteína que parece tener potentes efectos antibacterianos que serían incluso efectivos contra los patógenos resistentes a los fármacos.

A dichas conclusiones llegó un estudio realizado en el Centro Académico Médico de Amsterdan, Holanda. "La miel o los componentes derivados aislados de la miel podrían ser de gran uso en la prevención y el tratamiento de infecciones causadas por bacterias resistentes a los antibióticos", afirmó Sebastian A.J. Zaat, uno de los autores.

La miel es un líquido viscoso y muy dulce que las abejas producen a partir del néctar de las flores y de otras secreciones de las plantas. Las personas la aprovechan habitualmente para endulzar infusiones o panes, y como parte de diversas recetar culinarias. Los investigadores de Holanda analizaron su uso como antibiótico teniendo especialmente en cuenta a las bacterias resistentes, que son aquellas que no decaen frente a la acción de los fármacos disponibles hoy en día.

Dulce para la infección

En primera instancia, Zaat y su equipo trabajaron en el laboratorio para desarrollar un método que les permitió aislar a los diversos factores antibacterianos de la miel. A continuación probaron su efecto al ponerlos en tubo de ensayos junto con patógenos reconocidos por su resistencia a los fármacos y remedios.

Uno de los factores aislados fue la proteína llamada defensina-1, que es producida por las abejas y forma parte de su sistema inmune pero es depositada en la miel. Al analizar su acción sobre las bacterias, los investigadores notaron que la mayor parte del efecto antibiótico de la miel viene de la mano de este compuesto.

"Elucidamos completamente las bases moleculares de la actividad antibacterial de la miel, algo que contribuye a su uso en la medicina", concluyó Zaat, que publicó sus conclusiones en la revista FASEB. Los autores creen que los nuevos conocimientos se usarán para tratar quemaduras e infecciones de la piel, y para desarrollar nuevas drogas contra las bacterias resistentes a los antibióticos.
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